Autor: Clemente Sobrado C.P. Durante el verano la familia se iba casi todos los días a la playa. A diario los niños veían a una viejecita que buscaba algo en la arena. Le fueron tomando confianza. Ella sólo les regalaba una sonrisa. Los papás se sintieron un poco molestos porque no les isnpiraba confianza. Hasta que un buen día la viejecita dejó de ir a la playa. Y recién se descubrió que la mujer, en un intento de hacer algo que valiese la pena, recogía restos de vidrios para que los niños no se cortasen y pudiesen corretear felices. Hay muchas maneras de sentir la alegría y la felicidad. La mejor felicidad no es el reconocimiento, sino el bien que generosamente hagas. Aunque los demás no se den cuenta. La mejor felicidad es hacer el bien por el bien mismo. No es la que cobras y te pagan al día, sino la que los demás ignoran pero tu corazón reconoce. La mejor felicidad no es la que se publica en las primeras páginas, sino la que tú escribes en las páginas de tu corazón. La mejor felicidad es fruto de aquella bondad que nadie conoce hasta que sienten su falta. Hay muchos que buscan nada más que las alabanzas de los demás. Ellos nunca sienten felicidad por lo que hacen. Ellos se alegran por lo que reciben. Tu mejor inversión es la que nunca vas a cobrar de los niños que juegan en la playa. Sentirte feliz por lo que haces ya es suficiente recompensa. ¿Por qué esperar siempre a que los demás cumplan con su deber para que tú puedas hacer el bien ahora mismo? ¿Por qué tener que instuticionalizar siempre el hacer el bien? Esto le toca a aquel y esto le toca al otro. La bondad es algo más que cumplir con las instituciones. Es fruto del corazón que está siempre por encima de todo. ¿Por qué para hacer un favor debo esperar a que tú me lo hayas pedido? Con la bondad no se trafica. No se compra ni se vende. Si Cristo esperase justificar su muerte, creo que para estas horas estaría gozando de muy buena salud. El día que no tengas nada que hacer vete a la playa y recoge lo que puede ser un peligro para los demás. Luego date un fresco baño. Verás qué rica te sabe el agua lavando el sudor de tu generoso servicio.
La bondad no hace alarde
Ignorancia vs.Sabiduría
¿Importancia a lo material?
Autor: Dr. Adrián Rogers. Libro: " El secreto de la satisfacción" En el periódico "Charlotte Observer" salió un interesante artículo llamado: "La era de muertos vivientes". Un reportero del periódico fue a la Facultad de Administración de empresas de la Universidad de Duke para investigar las metas y ambiciones de los alumnos que estudiaban para obtener su maestría en administración de empresas. Con muy pocas excepciones, éstas eran sus metas: dinero, poder y cosas, Y aquellos estudiantes querían cosas muy grandes como casas para vacacionar, automóviles costosos, yates y aviones. Su principal interés era su carrera y el crecimiento de sus inversiones financieras. Sus planes personales daban muy poco lugar a la familia, al desarrollo intelectual, al crecimiento espiritual, a la responsabilidad social, o incluso a la administración más efectiva. El reportero procedió a citar a un psicólogo llamado Eric Braun, que hizo una de las preguntas más penetrantes que he escuchado en mucho tiempo.. Observando a las personas que piensan que sus vidas consisten en la abundancia de sus posesiones, el Dr. Braun preguntó: " Si yo soy lo que poseo y lo que yo poseo se pierde, entonces ¿Quién soy?. Esta es la razón por la cual las personas se arrojaron de los edificios durante el período de la Gran Depresión de los Estados Unidos. Ellos equipararon lo que eran con lo que poseían, y cuando perdieron sus posesiones, no quedó nada. Si usted quiere ver lo que en realidad posee y lo que es en realidad, haga cuentas de todo lo que tiene que el dinero no puede comprar, ni la muerte le pueda arrebatar y entonces sabrá cuáles son sus verdaderas riquezas.
Adquirir las alas
Existe una fábula acerca de la manera en como los pájaros adquirieron las alas. Al principio fueron formados sin alas. Entonces Dios hizo las alas y las puso delante de los pájaros, que carecían de ellas, diciéndoles: "Venid, tomad estas cargas y llevadlas". Los pájaros tenían un plumaje delicioso y sus trinos eran melodiosos. Podían cantar y sus plumas brillaban en la claridad del sol, pero no podían remontarse en el aire. Al principio vacilaron cuando se les mandó tomar las cargas que había junto a sus pies, pero pronto obedecieron y, cogiendo las cargas con sus picos,las colocaron en sus espaldas para llevarlas. Durante un poco de tiempo la carga parecía pesada y dura de llevar, pero no transcurrió mucho en que, llevando sus cargas y desplegándolas sobre sus corazones, las alas crecieron de prisa en sus cuerpecitos, y de pronto descubrieron la manera de usarlas y se elevaron en el aire por medio de ellas. Las cargas se convirtieron en alas. Es una parábola. Nosotros somos los pájaros sin alas y nuestros deberes y tareas son las alas que Dios ha hecho para elevarnos hacia el cielo. Miramos a nuestras dificultades y pesadas cargas y nos asustan, pero cuando las levantamos y atamos sobre nuestros corazones se convierten en alas y con ellas nos elevamos y remontamos hacia Dios. No existe carga que, si la levantamos con alegría y la llevamos con amor en nuestros corazones, no se convierta en una bendición para nosotros. Dios dice que nuestras tareas son nuestras ayudadoras. Rehusar el inclinar nuestras espaldas para recibir una carga es rechazar una nueva oportunidad para progresar. J. R. Miller Toma la carga con alegría, no reniegues de ella, lentamente tus alas se abrirán y podrás volar. A veces parece imposible que podamos llevar tanto peso pero al pasar el tiempo nos damos cuenta que Dios no nos da más peso del que podemos llevar. Por ello siempre despliega tus alas, no pienses ¿por qué a mi? ¿Me merezco esto? Simplemente lleva la carga, no te resistas pues al pasar el tiempo comprenderás que tu crecimiento interior fue maravilloso y que tu fortaleza logró que puedaselevarte por encima del infortunio. Nos toca vivir a veces situaciones impensadas, no sabemos qué hacer, nos sentimos a la deriva, quizás queremos quedarnos paralizados ahí por temor al futuro, tal vez preferimos ignorar o no pensar en el problema pero debemos enfrentar lo que nos toca con la firme convicción de que vamos a poder solucionarlo, y que pronto volveremos a sentirnos en paz y bien. Todo pasa, nada es eterno, los problemas tampoco y de nuestra fuerza, de nuestra alegría y de nuestra fe depende que nuestras alas se desplieguen siempre aún cuando la carga nos parezca demasiado pesada. Graciela De Filippis
Cambios- Empieza por ti
Las siguientes palabras fueron escritas en la tumba de un obispo anglicano (1.100 D.C.) en las criptas de la abadía Westminster: Cuando era joven y libre, y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Al volverme mas viejo y más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, entonces acorté un poco mis objetivos y decidí cambiar solo mi país. Pero también el parecía inamovible. Al ingresar en mis años de ocaso, en un último intento desesperado, me propuse cambiar solo a mi familia, a mis allegados, pero por desgracia, no me quedaba ninguno. Y ahora que estoy en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: Si me hubiera cambiado primero a mi mismo, con el ejemplo habría cambiado a mi familia; a partir de su inspiración y estímulo, podría haber hecho un bien a mi país y quién sabe, tal vez incluso habría cambiado el mundo. Anónimo
La rana y la falta de humildad
A Corazón Abierto
Mañana en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió: -¿Usted encontrará a Jesús allí? El cirujano se quedó mirándolo, y continuó: -Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo. -Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño. El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente. -Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto. Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí.... ¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón! El cirujano pensó que era suficiente y le explicó: -Te diré que encontraré en tu corazón. Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podamos ayudar o no. - ¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo. El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable. Terapia: analgésicos y reposo absoluto. Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año. -entonces detuvo la grabadora -Pero, tengo algo más que decir: ¿Por qué? -pregunto en voz alta-¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué? De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó: -El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado,ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo. El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. Y replicó: Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses? El Señor le respondió: -Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió. Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos,pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador. Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo. El cirujano lloró y lloró inconsolablemente. Días después, luego de practicar la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico. El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó: -¿Abrió mi corazón? -Si -dijo el cirujano- -¿Qué encontró? - preguntó el niño - - Tenías razón, encontré allí a Jesús.