Es sorprendente constatar, en relación con la Virgen María, conocida universalmente como la Madre de Jesús, que su ternura maternal, su belleza espiritual, su pureza y su mansedumbre, únicas, atraen hacia ella una inmensa multitud de niños y hombres, de todos los orígenes culturales! Por ejemplo, con frecuencia encontramos musulmanes, e incluso budistas que la veneran y no dudan en rezarle.
En cuanto a los cristianos, dentro de las comunidades protestantes, raros son los que aceptan rezarle a Cristo a través de su Madre, en cambio, no sucede lo mismo en la Iglesia católica o en la Ortodoxa: la Santa Virgen en la espiritualidad comunitaria y personal de los bautizados como en la vida litúrgica, ocupa un lugar insustituible: el de Madre. “Madre del Redentor”, “Madre de Dios”, “Madre de la Iglesia”, “Madre de los hombres”….
¡Cuántas instituciones cristianas, órdenes y otras congregaciones religiosas masculinas y femeninas, a lo largo de los años y en todos los continentes, han escogido a la Virgen María como modelo y santa patrona! Existen miles…
Con María, el rostro maternal de la Iglesia
Y cómo no comprenderlo si la dimensión mariana recorre, en realidad, toda la vida del cristiano:
* primero como madre del Salvador y Madre de los hombres, la Virgen de Nazaret acompaña maternalmente nuestro encuentro con su Hijo y su oración de intercesión está considerada, desde los tiempos del inicio del cristianismo, como la más poderosa ante el Corazón de Dios ;
* María es también, lo reconocen los grandes místicos y los Doctores de la Iglesia, “el camino más dulce y amable para llegar a Jesús” ;
* En los grandes misterios de la Fe, la Encarnación y la Redención del mundo a través de Cristo nuestro único Redentor, la Virgen María participa en ellos a título excepcional, de manera que la Iglesia no puede disociarla tanto en su magisterio como en la oración.
Esto llevó a decir al Papa Juan Pablo II, cuya profunda espiritualidad mariana todos conocemos, que “El pueblo de Dios, bajo la dirección de sus pastores, está llamado a discernir en este hecho la acción del Espíritu Santo, quien conduce a la fe cristiana por los caminos del descubrimiento del rostro de María”
María de Nazaret
http://denazaret.wordpress.com/2011/03/07/maria-y-la-espiritualidad/
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