La Artesanía es probablemente el arte más antiguo desarrollado por el hombre. Así es que desde la Edad del Bronce (4000-1200 A.C.), cuando en el Próximo Oriente se descubrió la técnica para alear el cobre y el estaño y se crean los primeros objetos ornamentales realizados en metal (joyas y sellos tribales), podemos decir que existe la artesanía en metal. A lo largo de los siglos, diferentes culturas alrededor del mundo como los Mayas, Aztecas, Egipcios, Fenicios y Celtas, y más adelante Griegos y Romanos crearon y desarrollaron diversas técnicas y métodos para trabajar metales como el cobre, el bronce y la plata.
La técnica del Repujado de Metales se remonta al pueblo Celta de los Hallstatt (700-500 A.C), quienes destacaron principalmente por el descubrimiento y utilización del hierro, y por aquel entonces ya utilizaban sístulas estenses de bronce repujado en sus intercambios comerciales con los etruscos.
El fruto de siglos de conocimientos y experiencia, unidos a los descubrimientos de nuevos materiales, hacen que a la hora de realizar nuestro trabajo podamos conjugar las técnicas y métodos más ancestrales de tratamiento y trabajo de los metales, con las herramientas y materiales más innovadores, todo ello con el fin de perpetuar el noble y ancestral arte del Repujado de Metales.
Arte Religioso en Repujado
Trabajar en metales es una tradición cultural antigua, desde tiempos remotos se trabajó en este material bellas piezas, pero es en la Edad Media cuando se alcanza un nivel artístico alto y una madurez estética.
El trabajo en relieve sobre láminas de metal (aluminio, estaño, oro, plata, cobre etc.) o repujado es una técnica que proviene de Europa y se deriva de imágenes sagradas y religiosas, pintadas en tablas. Desde el siglo XII el repujado comenzó a tomar importancia debido a que estas imágenes (iconos) se vendían a los devotos, pero debido a las condiciones ambientales de los lugares donde estas eran colocadas las pinturas eventualmente perdían su brillo y matiz. A raíz de esto se empezó a recubrirlos con metales para protegerlos del contacto con el medio y de las personas.
Después de ser utilizada esta forma de arte por varios siglos se abandono, pero a principios del silgo XX se retomo empezando en Europa, con su auge en Francia, donde se volvió una actividad industrial, la cual no se limitaba solo a los iconos, la técnica se expandió a otros objetos decorativos y de uso común como marcos, charolas y lámparas. Lamentablemente se volvió a perder el interés en el trabajo en repujado, hasta que recientemente en México y en España ha resurgido.
El Arte del Repujado en Metal - Breve Historia.
La Falsedad. Valor al rescate, la realidad
Evitar en lo posible ser cómplices de falsarios, analizando las situaciones, o cosas que se nos presenten para poder asimilarlas o llevarlas a quienes queremos que las practiquen o aprendan.
La Tristeza
“Sólo las peores tristezas son las que te enseñan lo que es la verdadera felicidad.”
Cuando la tristeza se apodera de nosotros nos entra ganas de llorar. Podemos desahogarnos escribiendo y recordando cosas que pensamos que han sido olvidadas, pero no es así, nunca se olvidan, los recuerdos siempre viven latentes en nosotros.Por eso se llaman “recuerdos“, siempre están junto a ti.
Las tristezas del alma son las mas difíciles de sanar porque son algo que se levanta con nosotros y también se acuesta en nuestra cama. Siempre que escribimos algo, es para que otra persona nos lea y sienta que necesitamos algo de ellos, quizás una llamada o simplemente unas palabras de aliento.Cuando llegue el día triste, cuando nada salga bien en nuestras vidas, cuando sintamos que sólo hay cabida para la tristeza… recordemos los momentos alegres que también tuvimos, pueden haber muchas razones para sentirnos así.
Saquemos partido a nuestra tristeza, escribamos lo que sea, cualquier cosa, algo que nos trajo mucho dolor, quizás el separarnos de ese ser que un día amamos mucho y hoy nos cuesta olvidar, o quizás la distancia de nuestras familias que están en otros países, o la perdida de un ser amado.
La vida es difícil, nada es fácil, debemos reflexionar qué nos causa tanto dolor. Pero estoy segura que siempre que estamos tristes es porque no estamos al lado de la persona que amamos, o quizás estamos al lado de alguien que no tiene que ver ya con nuestros sueños y no somos capaces de decirle que ya no lo amamos, no tenemos valor para enfrentar esa situación, de allí nace la tristeza de nuestra alma.
No olvidemos que la pena y la tristeza son vacíos de nuestras vidas, algo que queremos y no tenemos, ese algo que nos hace despertar queriendo estar en otro lado y en otro momento. Aunque yo soy una convencida de que la felicidad son pequeños trozos de tiempo que nos regala la vida, que no esa una constante, pero lo que dure es bueno, porque no hay nada más lindo que despertar contenta al lado de la persona que amas, que no existen distancias, no existen problemas…
Y cuando sientas que todo es negro, mira a nuestro Señor, Él te dará las fuerzas que necesitas para sacar la tristeza de tu vida…Tenemos diferentes estados de ánimo cada día, hoy es la tristeza, mañana será la felicidad…Demos gracias por tener un día más para agradecer a Dios por la vida, por ustedes mismas que hacen de este un lugar especial.
Aunque hoy la tristeza se alojó en nuestra vida…Dios es lo único que nos puede sacar de eso y nosotras mismas, que debemos tener la fuerza de querer hacer algo diferente con nuestras vidas.
Madre Teresa - La Vocación del Servicio
"Mi vocación es vivir para los demás"
Palabras más, palabras menos.
Palabras que faltan, palabras que sobran, palabras que hieren, palabras que sanan, ¿Tenemos conciencia del poder de nuestras palabras?
Una sola palabra puede hacerte cambiar el ánimo, puede hacer que tengas más poder, un título es una palabra, una sola palabra mal traducida puede hacer toda una religión esté equivocada o que mueran muchas personas, si usás palabras más complejas "eres más importante que el otro", ¿y por qué esa palabra es más compleja?, ¿por qué una palabra está mal dicha si en mi región, barrio, familia se la pronuncia de esa manera?,
La palabra es el fruto de nuestro pensamiento, de nuestro razonamiento como hombres, es lo que nos hace "inteligentes", lo que nos diferencia de los animales, en el "buen sentido de la palabra"... Así de la misma manera puede alejarnos de la inteligencia, provocar una guerra, muertes, humillación...
Corazón De Piedra.
El Egoísmo, una de las enfermedades más grande de un ser. Estos tipos de sentimientos privan a las personas de amar , de sentir, de ser felices.Viven en un mundo cerrado, con los ojos vendados, sin poder ver que están equivocados, sólo conocen la palabra "recibir" y nunca conocen el sentido "de dar para recibir" y a medida que el tiempo pasa se van transformando en personas oscuras, que sólo piensan en si mismo y que sin darse cuenta ellos también enferman a los demás, con el dolor y la indiferencia. Que duro puede ser un corazón y que sordo, como para no sentir la suplica de los que también necesitan de ellos, exigen respeto y ser escuchados y ellos no son capaces ni siquiera de escuchar, no conocen esa palabra, como tampoco conocen el significado, Solidaridad, Empatía, Amor, Cariño y Respeto.Y un día cuando la soledad les visita, se les olvida el porque están así y preguntan "Dios por que a mi"... "Que he hecho para merecer esto?...".No debemos olvidar que a través de nuestro caminar, somos responsables de lo que sembramos, no podemos pedir respuestas, cuando la respuesta esta en nosotros mismos.
Quienes han endurecido sus corazones no se conmueven, todo lo cuestionan y no saben perdonar. Tristemente estas personas nunca llegan a saber lo que es ser amado, porque sus corazones de piedra alejan a los que les rodean.
Son corazones llenos de orgullo, rencor y contienda.
Los corazones de carne son sensibles, tiernos y creen.
Dios quiere corazones que estén llenos de su amor de ese amor sanador que te permite amarle a él sobre todas las cosas…
Que sana tus heridas, mis heridas y permite que nos aprendamos a amar a nosotros mismos.
De ese amor que es tan inmenso, que da para amar a tu prójimo de la misma manera que te amas y aun más, te permite amar hasta a tu enemigo.
El Miedo
En medio de un bosque vivía un ermitaño, sin temer a las fieras que allí moraban. Es más, por concesión divina o por tratarlas continuamente, el santo varón entendía el lenguaje de las fieras y hasta podía conversar con ellas.
En una ocasión en que el ermitaño descansaba debajo de un árbol, se cobijaron allí, para pasar la noche, un cuervo, un palomo, un ciervo y una serpiente. A falta de otra cosa para hacer y con el fin de pasar el rato, empezaron a discutir sobe el origen del mal.
-El mal procede del hambre -declamó el cuervo, que fue el primero en abordar el tema-. Cuando uno come hasta hartarse, se posa en una rama, grazna todo lo que le viene en gana y las cosas se le antojan de color de rosa. Pero, amigos, si durante días no se prueba bocado, cambia la situación y ya no parece tan divertida ni tan hermosa la naturaleza. ¡Qué desasosiego! ¡Qué intranquilidad siente uno! Es imposible tener un momento de descanso. Y si vislumbro un buen pedazo de carne, me abalanzo sobre él, ciegamente. Ni palos ni piedras, ni lobos enfurecidos serían capaces de hacerme soltar la presa. ¡Cuántos perecemos como víctimas del hambre! No cabe duda de que el hambre es el origen del mal.
El palomo se creyó obligado a intervenir, apenas el cuervo hubo cerrado el pico.
Opino que el mal no proviene del hambre, sino del amor. Sí viviéramos solos, sin hembras, sobrellevaríamos las penas.
Mas, ¡ay!, vivimos en parejas y amamos tanto a nuestra compañera, que no hallamos un minuto de sosiego, siempre pensando en ella. "¿Habrá comido? - nos preguntamos- ¿Tendrá bastante abrigo?". Y cuando se aleja un poco de nuestro lado, nos sentimos como perdidos y nos tortura la idea de que un gavilán la haya despedazado o de que el hombre la haya hecho prisionera. Empezamos a buscarla por doquier, con loco afán; y, a veces, corremos hacia la muerte, pereciendo entre las garras de las aves de rapiña o en las mallas de una red. Y si la compañera desaparece, uno no come ni bebe; no hace más que buscarla y llorar. ¡Cuántos mueren así entre nosotros! Ya ven que todo el mal proviene del amor, y no del hambre.
-No; el mal no viene ni del hambre ni del amor -arguyó la serpiente-. El mal viene de la ira. si viviésemos tranquilos, si no buscásemos pendencia, entonces todo iría bien. Pero, algo se arregla de modo distinto a como quisiéramos, nos arrebatamos y todo nos ofusca. Sólo pensamos en una cosa: descargar nuestra ira en el primero que encontremos. Entonces, como locos, lanzamos silbidos y nos retorcemos, tratando de morder a alguien. En tales momentos, no se tiene piedad de nadie; mordería uno a su propio padre o a su propia madre; podríamos comernos a nosotros mismos; y el furor acaba por perdernos. Sin duda alguna, todo el mal viene de la ira.
El ciervo no fue de este parecer.
-No; no es de la ira ni del amor ni del hambre de donde procede el mal, sino del miedo. si fuera posible no sentir miedo, todo marcharía bien. Nuestras patas son ligeras para la carrera y nuestro cuerpo vigoroso. Podemos defendernos de un animal pequeño, con nuestro cuerpo; y la huida nos preserva de los grandes. Pero es imposible no sentir miedo. Apenas cruje una rama en el bosque o se mueve una hoja, temblamos de terror. El corazón palpita, como si fuera a salirse del pecho; y echamos a correr. Otras veces, una liebre que pasa, un pájaro que agita las alas o una ramita que cae, nos hace creer que nos persigue una fiera; y salimos disparados, tal vez hacia el lugar del peligro. A veces, para esquivar a un perro, vamos a dar con el cazador; otras, enloquecidos de pánico, corremos sin rumbo y caemos por un precipicio, donde nos espera la muerte. Dormimos preparados para echar a correr; siempre estamos alerta, siempre llenos de terror. No hay modo de disfrutar de un poco de tranquilidad. De ahí deduzco que el origen del mal está en el miedo.
Finalmente intervino el ermitaño y dijo lo siguiente:
-No es el hambre, el amor, la ira ni el miedo, la fuente de nuestro males, sino nuestra propia naturaleza. Ella es la que engendra el hambre, el amor, la ira y el miedo.
Qué Difícil
Qué difícil cuando parece que la naturaleza se pone en contra, cuando la lluvia, el aire y la tempestad azota nuestro corazón haciéndonos creer que no podemos seguir caminando porque las circunstancias nos lo impiden.
Qué difícil cuando pones alma, corazón y vida en todo aquello que vives y haces… y no recibes el aplauso acogedor y fraterno del arcoiris.
Qué difícil contemplar una flor, sencilla y pequeña, con ojos humildes, ojos que admiren su belleza no sólo por su hermosura sino por la savia que fluye en su interior.
Qué difícil perdonar las huellas que nos dañan, y aún así seguir caminando, siempre caminando… con la esperanza de que esas huellas se difuminen con el paso del tiempo y marquen un sendero claro.
Qué difícil, Señor, vivir en armonía con el hermano, con la vida,… sin tener presente en todo momento el Amor que tú nos invitas a acoger y transmitir.
Tú nos conoces, tu nos alientas, tú nos empujas a avanzar, a luchar, a creer, a vivir desde lo positivo, a perdonar…
Sólo desde ti tiene sentido nuestro proyecto.
Solo por ti el universo gira y acompasa la experiencia de los años con la libertad interior.
Haznos sensibles a tu voz, que sepamos encontrarte en la adversidad, en la frialdad y en todo lo que vivimos con intensidad, con la certeza de que Tú estás presente en todas las situaciones.
Abre nuestros oídos para escucharte, nuestra boca para expresar lo injusto y mueve nuestros pies para recordarnos que Tú y solo Tú eres el centro de nuestra vida.
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La Falta de Bondad
La falta de bondad es consecuencia del egoísmo, la mezquindad y la ausencia de grandeza humana. El que no es bueno es incapaz de sentir compasión y ve a los demás como rivales ó enemigos en potencia, a los que sería una imprudencia ayudar, y de los que hay que cuidarse en extremo.Se siente más seguro cultivando la desconfianza, el rencor y el odio que la simpatía ó la amistad, y prefiere anular ó destruir a sus semejantes que conocerlos ó dialogar con ellos, a menos que pueda sacar algo para su propio provecho.La falta de bondad nos deshumaniza y nos convierte en personas indeseables e insensibles, con las que la vida en comunidad se torna difícil e incluso peligrosa.
Cuando Los Ángeles lloran
-Yo creía que las personas eran seres especiales enviados por Dios a la tierra para amarse y crecer juntos.
-Creía que el amor era una moneda corriente de gran valor en el mundo y todos ganaban lo suficiente como para dejar de ser egoístas y ahorraban sonrisas para invertirlas en los amigos y en sus almas.
-Creía que las personas habían hecho un monumento en cada ciudad como una obra compartida, un recuerdo para los hijos y no como símbolo del orgullo y vanidad.
-Que la electricidad era producida por ríos y vientos para beneficio de todos sus hermanos.
-Creía que los niños eran dones preciosos de la tierra y que todos los amaban porque eran la promesa de un mundo mejor, nunca pensé que había gente que los abandonara o no los quería. Pensaba que todos los días había alguien dispuesto a hacerlos felices.
-Yo miraba el mundo desde las nubes y corría entre las estrellas, loco de contento tratando de hacer feliz a alguien. Amaba tanto a las personas que siempre buscaba la forma de ayudarlos en sus pedidos.
-Creía que el mundo era un hermoso globo floreciendo en el espacio, lleno de cosas buenas y maravillosas. No me imaginé que había seres con pensamientos tan egoístas, tan insolentes y desagradecidos, y aprendí bien qué es eso... tonto de mi... no lo había visto antes.
-Cuando llegue a estos sitios quise reír, pero un golpe me hizo llorar. Así me recibió el mundo, tan solo el abrazo de mi madre calmo el dolor. Crecí en esta tierra, respirando este aire y alimentándome de lo que ella da. Aprendí a amar a los árboles, que tienen tantas historias para contar, a las plantas que crecen por todos lados y tienen tan buenos sentimientos. Aprendí a amar a los animales que tienen una conciencia un poco mas limitada que los seres humanos, pero sus sentimientos son tan plenos... tan simples.
-Aprendí que existe la envidia, el egoísmo, la guerra... el racismo que es una odiosa forma de insultar a la Creación de Dios. Aprendí como se denigran las personas y buscan su propia destrucción por un interés transitorio, más ellos piensan que son tesoros eternos, tratan de lograr sus objetivos sin importarles nada acerca de otros seres que viven en inferioridad de condiciones y muchas veces esas personas no tienen qué comer.
-Aprendí lo que es el orgullo, la maldad, la insolencia, la avaricia, el desprecio, la burla, la marginación, la mentira, la violencia, la degradación, los tormentos internos, el egoísmo, la soberbia, la hipocresía y... el olvido...
-Aprendí tantas cosas feas, tantas cosas que yo no había visto desde allí... aprendí a cada paso viviendo cada una de esas cosas, sintiendo en mi piel correr el ácido de la pobreza humana, llorando, cayéndome y volviéndome a levantar. Respirando profundo, mirando el cielo azul de todos los tiempos, viví. Viví a cada momento un trozo de la historia, buscando calmar el ánimo y mejorando mis días, siempre tratando de encontrar una explicación en ojos de cristal... de las personas que veo a diario y sin embargo no asumen su rol en el divino porvenir, no se dan cuenta de su importancia en el relato de la vida, entonces sufren, pelean, reclaman, gritan, y piensan que a nadie les importan, porque los otros también están haciendo lo mismo.
-Cada uno trae a este mundo una misión que cumplir. Hay algunas misiones que son familiares y te enseñan a caminar, otras, te enseñan a volar, hay quien viene para educar, otros para tan solo amar, hay tantas misiones como seres humanos existen, son tantas las cosas maravillosas que cada uno debe descubrir... pero cuesta aprender y "ver" lo que los ojos del alma ven.
-En cada pedacito de tiempo lloramos un poco por muchas cosas difíciles y nos sentimos impotentes ante la crueldad, pero la misión debe continuar, con mucho peso sobre los hombros, debemos seguir, tal vez en el camino encontremos la luz de las estrellas que brillan recordándonos de donde venimos.
-Yo traje a este mundo una misión... abrir una puerta, una puerta al infinito para que tus ojos vean la maravilla del poder del Ser y que dejen atrás lo que fue, lo que no estuvo bien. Me ha costado grandes aflicciones caminar entre santos y burlones, y después de todo he decidido llegar a tu corazón sencillo, ese que tantas veces vi en mis sueños, ese ser luminoso que espera una respuesta llamado TU.
-Yo vine a abrir una puerta y que veas la maravilla de las estrellas y que sepas que ¡todo en el universo tiene conciencia! El universo piensa, ama y siente tal como tu. Dios no es una idea nacida de la razón por la razón y ante la necesidad de justificación. Dios es el centro mismo de todo el universo, es una conciencia tan grande, tan gigantesca que jamás podríamos atraparlo con la razón y la lógica, pues no se subordina a nuestros pensamientos, son nuestros pensamientos que están subordinados a El. Si esto no sucede, si el pensamiento no se orienta a su origen divino, es como un cometa errante que en cualquier momento desaparecerá pues su destino fue ese y nada más, tan solo ha tenido la suerte de conocer algo de la maravilla del vivir, y aún así Dios puede tomarlo con su infinito amor y volverlo una luz en el camino para guía de quienes estén en situaciones similares.
Dios no te juzga porque tengas dinero, o porque quieras conseguirlo. Te juzga porque por omisión no haces nada por aquellos a los que le falta el pan, un abrigo o una palabra de amor. Porque tú no eres superior a nada en este mundo, una planta, un árbol, un río, un animal vale tanto como tú.
Y tú vales tanto como tu conciencia te representa ante Dios. De acuerdo al contenido de tu conciencia será el peso y el brillo que tengas ante El.
-Si en tu interior faltan muchos árboles, deben ser los que cortaste y no repusiste, si en tu interior falta palabras de agradecimiento es porque nunca has ayudado a nadie, si en tu interior falta amor, es porque nunca has amado a nadie. Todo lo que falta son como agujeros vacíos en el campo luminoso de tu ser. Y si nunca has sabido llenar esos vacíos con amor, y no se lo muestras Dios, es porque nunca te has preocupado en obtenerlo.
-Eso quiere decir que le lleves amor recogido en tu camino, agradecimientos y bondad que hayas tenido en la vida. Ese es el poder que te dignifica ante Sus ojos y no otro. Todos recogemos en el camino un poquito del poder de Dios. El lo ha dejado allí en infinitas formas. Solo es cuestión de reconocer en cada cosa su maravillosa mano y ..... detrás su inmenso bondad.
-Déjame saber que me he equivocado. Te prometo que no diré nada a nadie, salvo a Dios, que cuando me pregunten como es la Tierra, diré que es lo mejor. Déjame saber que todo ha sido un error, déjame ver algo hermoso e inteligente, la sabiduría acumulada por milenios que brota del corazón, déjame entender que cuando los ángeles lloran es porque han tenido un mal sueño.
-Ven, toma mi mano, dame la tuya. Vamos a realizar buenas obras, en tu casa, con tus amigos, en tu trabajo, en todos tus tiempos, déjame ver con ojos amigos que eres una buena persona. A cambio te prometo un viaje infinito, sobre millones de estrellas que adornan los cielos y entibiarán tus pies, yo te prometo un campo de amor perfumado con fragancias divinas y arrullado a tu lado dormirá tranquilo el Señor.
Tú Ángel.........
Las acciones hablan más fuerte
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. -1 Juan 3:18
Irritado con un joven atleta que había logrado muy poco y sin embargo alardeaba de su capacidad, un comentarista de TV dijo: «No me diga lo que va a hacer, ¡dígame lo que ha hecho!» Las acciones hablan más fuerte que las palabras.
Este principio se ve en la vida de Jesús. En Mateo 9, un paralítico fue traído ante Él. ¿La respuesta de Jesús? «Tus pecados te son perdonados».Cuando los líderes religiosos objetaron, hizo la pregunta del momento: «Porque, ¿qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate, y anda’?» (v.5).
La respuesta es obvia. Decir que había perdonado los pecados del hombre era sencillo, porque no podía demostrarse o refutarse. Pero, decir «levántate, y anda» era diferente. También se podía verificar al instante. Así que, para demostrar Su autoridad para perdonar pecados, Jesús le dijo al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa» (v.6). ¡Y lo hizo!
Las acciones de Jesús apoyaban Sus palabras, y las nuestras también deben hacerlo. Juan escribió: «Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad» (1 Juan 3:18). El mundo va a hacernos caso sólo si lo que decimos es consistente con lo que hacemos. Al hablarles a las personas acerca del amor de Cristo, esas palabras se comunicarán de manera poderosa si están rodeadas de actos de amor y amabilidad. ¡Las acciones verdaderamente hablan más fuerte! -
El Valor y la Importancia de la Confianza
La confianza es la capacidad de compartir nuestra esperanza, historias , anécdotas - y muchas otras cosas - con otras personas.
La sabíduría de la madre teresa
¿Cuál es el día más bello?
R= Hoy.
¿La cosa más fácil?
R= Equivocarse.
¿El obstáculo más grande?
R= El miedo.
¿El mayor error?
R= Abandonarse.
¿La raíz de todos los males?
R= El egoísmo.
¿La distracción más bella?
R= El trabajo.
¿La peor derrota?
R= El desaliento.
¿Los mejores profesores?
R= Los niños.
¿La primera necesidad?
R= Comunicarse.
¿Lo que hace más feliz?
R= Ser útil a los demás.
¿El misterio más grande?
R= La muerte.
¿El peor defecto?
R= El mal humor.
¿La persona más peligrosa?
R= La mentirosa.
¿El sentimiento más ruin?
R= El rencor.
¿El regalo más bello?
R= El perdón.
¿Lo más imprescindible?
R= El hogar.
¿La ruta más rápida?
R= El camino recto.
¿La sensación más grata?
R= La paz interior.
¿El resguardo más feliz?
R= La sonrisa.
¿El mejor remedio?
R= El optimismo.
¿La mayor satisfacción?
R= El deber cumplido.
¿La fuerza más poderosa del mundo?
R= Los padres.
¿Una de las mayores alegrías?
R= Tener amigos de verdad, saber que cuentas con alguien, aunque sepas que ellos no van a resolver tus problemas.....
¿La cosa más bella del mundo?
R= ¡¡El amor!!
PERO TODA ESTA BELLEZA QUE ENCONTRAMOS EN LA VIDA.....
....LA TENEMOS GRACIAS A LOS DONES QUE DIOS NOS DIOS...
Tributo a Madre Teresa 1910 - 1997
"Pienso que hoy el mundo está de cabeza, y está sufriendo tanto porque hay tan poquito amor en el hogar y en la vida de familia. No tenemos tiempo para nuestros niños, no tenemos tiempo para el otro, no hay tiempo para poder gozar uno con el otro.""El amor comienza en el hogar; el amor vive en los hogares y esa es la razón por la cual hay tanto sufrimiento y tanta infelicidad en el mundo de hoy…Todo el mundo hoy en día parece estar en tan terrible prisa, ansioso por desarrollos grandiosos y riquezas grandiosas y lo demás, de tal forma que los niños tienen muy poco tiempo para sus padres. Los padres tienen muy poco tiempo para ellos, y en el hogar comienza el rompimiento de la paz del mundo.""Veo a Dios en cada ser humano. Cuando lavo las heridas de los leprosos, siento que estoy curando al mismo Señor. ¿No es una experiencia hermosa?" -- entrevista en 1974.
Imposible atravesar la vida sin...
Mirando Las Estrellas
Ellas que están allá, tan lejos de éste mundo, al menos sobreviven con su pequeño brillo; y nosotros acá, tan llenos de momentos, nos sentimos morir cuando algo se termina.
Mirando las estrellas comprendí el valor que no damos a la vida. Cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quiénes somos.
Hoy sin pensar vi volar una estrella en su gran mundo...
La vi volar sin rumbo y la noté perdida. Me di cuenta que a veces no sólo en éste mundo existe soledad... que ellas también la sienten, como cualquier persona, pero al menos siguen brillando, buscando una razón para salir de ella.
En cambio aquí, nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la vida; y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban.
Mirando las estrellas pude ver, que la felicidad llega en cualquier momento... que todo se termina en éste mundo,... hasta lo más hermoso,... hasta lo más molesto y doloroso.
Hoy mirando una estrella, sentí aquello que se fue... Y descubrí que en ella están los sueños y aquel tiempo que se perdió algún día.
Comprendí que el amor tiene un millón de vueltas... Que a veces nos sorprende... nos da felicidad, y a veces se transforma en lo peor que hay.
Mirando una de ellas, crecí un poquito más.
Aprendí a sonreír, y a ver la realidad.
Mirando una de ellas, pude ver la verdad: que no sirve el ORGULLO cuando existe AMISTAD; que no sirve LLORAR cuando algo se va; que no vale la pena aprender a CALLAR; que no existen FRONTERAS cuando tenemos VIDA y que aprender a ¡VIVIR, ES LO MEJOR QUE HAY!
No es fácil...
Sentido Moral o Relativismo Moral
¿Qué es el sentido moral? O en otras palabras…
Quiero decir… antes pensaba que significaba decir la verdad, hacer buenas obras, comportarme correctamente según los parámetros socialmente aceptados, ser decente, tener una imagen culturalmente estandarizada, no decir groserías, tratar cordialmente a las personas mayores, respetar las normas, no tirar papeles al suelo, taparme la boca al estornudar, y disculparme si mis intestinos me juegan una mala pasada… básicamente ser un "niño explorador".
Sin embargo, últimamente, lo estoy viendo un poco diferente a ese "modelo de perfección estándar".
Ahora considero que el sentido moral es encontrar aquello que verdaderamente te importa. Es ese "algo especial" que te importa más que cualquier otra cosa en el mundo y, que te estremece en lo más profundo de tu ser, aquello que sin lo cual no te sentirías completo y, cuando se encuentra luchar por ello, arriesgándolo todo: fama, prestigio, privilegios, reconocimiento público, sana cordura… y lo arriesgas todo, porque sientes en lo profundo de tu alma, que allí está tu futuro, que es tu vida misma, lo que te hace existir y encontrar la plenitud de tu ser. Y en esa búsqueda de plenitud, seguramente irás a contra corriente, desafiando lo parámetros preestablecidos, creando e innovando, y lo que haces parecerá aparentemente que no es honesto, que te sales del orden ya conseguido, que desafías toda autoridad, y eres objeto de los juicios y prejuicios de tu entorno.
Pero, ¿sabes qué? No importa. Porque en el corazón sientes intensamente que vale la pena. Entiendes con la razón y el corazón, que si no vas tras lo que estremece tu espíritu, podrás existir muchos años, pero sin sentirte verdaderamente vivo.
Sencillez
Probablemente no hay nada más chocante que una personalidad "inflada" o quienes se vanaglorian constantemente de sus propios logros, cualidades y posibilidades. Una personalidad sencilla a veces puede pasar inicialmente desapercibida, pero su fortaleza interior y su encanto es mucho más profundo y perdurable.La personalidad sencilla es única, recia, sin adornos ni artificios, no le hace falta mostrar y poner en un escaparate sus posesiones y cualidades porque son evidentes y naturales. La sencillez nos enseña a saber quienes somos y lo que podemos.Durante una conversación escuchamos en una ocasión a una persona que decía "detesto a las personas "sofisticadas"". Lo había dicho una persona inmensamente rica, con grandes dotes intelectuales, con una posición social privilegiada y con una familia notable durante muchas generaciones. Esa persona era probablemente la que más derecho habría tenido a mostrar la sofisticación de ropa de diseñador, varios automóviles exóticos, una conversación plagada de términos rimbombantes derivada de su profunda cultura, una altivez propia de la dignidad de una familia importante. Y sin embargo decía "detesto a ls personas "sofisticadas"". Y las detestaba porque precisamente en su medio social veía lo peor de la miseria humana: altivez injustificada, grosería constante ante la servidumbre, orgullo de una cultura superficial.La cultura de hoy a veces quiere hacernos creer que valemos por nuestra ropa, por nuestros autos, por estar a la moda, porque somos poderosos, porque podemos humillar. Pero precisamente toda esa cultura es la llave al gran vacío interior que comienza a caracterizar a nuestra sociedad.Es fácil caer en la tentación de "lucir" en cualquier circunstancia: al entrar a un restaurant, al asistir a una fiesta importante... A veces podemos pasar muchísimo tiempo tratando de encontrar la ropa, accesorios adecuados, y podemos caer en la afectación en nuestra postura y tratar de cuidar cada palabra. Esto también con frecuencia puede quitarnos totalmente la espontaneidas y la frescura haciéndonos francamente insoportables y logramos exactamente el efecto contrario de lo que queríamos, en lugar de agradar desagradamos.La persona humana esta dotada de inteligencia, cualidades y habilidades. Pero ¿Para qué convertir nuestra vida en una eterna competencia? ¿De qué sirve estarme comparando constantemente con los demás? El progreso interno, donde nosotros crecemos es en verdad lo importante.No debemos centrar nuestra vida en querer imprsionar a los demás por estar "a la última" en electrónica, moda, autos, muebles, y peor aún es cuando nuestras posibilidades nos permiten llegar al punto de la ostentación. La postura de altivez y menosprecio son un efecto directo de estas ostentaciones.Por otra parte, con frecuencia se desvirtúa la imagen de las personas sencillas, haciéndolos sinónimo de timidez e ingenuidad -en el mejor de los casos-, aunque en otras ocasiones se relaciona la idea a la pobreza y la suciedad. Ni lo uno, ni lo otro. La sencillez no es pobreza ni mendicidad, es tener lo que se necesita pero sin caprichos superficiales. La sencillez no es suciedad, la pulcritud no está reñida con la humildad del corazón.Ahora bien, el valor de la sencillez tiene distintas manifestaciones ¿Qué hace una persona para ser sencilla? En el caso de nuestra forma de hablar podemos citar varios ejemplos. Una persona sencilla...- Utiliza con mesura la palabra, evitando acaparar las conversaciones para convertirse en el centro de atención; del mismo modo su lenguaje es apropiado, sin recurrir a palabras altisonantes, de mal gusto o frases corrientes para hacerse notar.- Tiene un lenguaje comprensible y adecuado a la ocasión, sin caer en el uso de palabras cultas o rimbombantes, para formar una imagen erudita y de vasto conocimiento, lo cual no siempre esta de acuerdo a nuestra realidad.- En una conversación que gira alrededor de su competencia profesional, nunca aprovechará el momento para “dar una cátedra” sobre el tema; es de muy mal gusto, sobre todo si en ningún momento se ha pedido la opinión profesional.- Evita hablar en todo momento de sus logros, aciertos y reconocimientos alcanzados. Si bien es molesto escuchar hablar “de la buena fortuna” presente, llega al punto de intolerable, exaltar las glorias pasadas (yo hice, yo tuve...), que en nada concuerdan con la situación actual. Lo más digno, es omitir toda manifestación ostentosa de nuestra inteligencia, habilidades y bienes materiales.Podemos decir que internamente, nuestras ideas y pensamientos deben estar libres de todo rebuscamiento y complicación.- Se debe evitar a toda costa hacer preguntas y comentarios que sólo redundan y reafirman lo expuesto, queriendo encontrar problemas y dificultades donde no los hay. Es fácil reconocer esta actitud cuando se requiere tomar una decisión o llevar a cabo una actividad; normalmente la persona pretende sobresalir en la reunión de trabajo, mostrando equivocadamente su interés atención, comprensión y conocimiento del asunto.- No perder el tiempo buscando una segunda intención o significado en las actitudes y palabras en los demás.Posiblemente, la manifestación más clara de la sencillez se encuentra en el aspecto exterior de la persona:- Porque viste con decoro, sin llegar a ser estrafalario, de acuerdo a la ocasión y procurando usar aquellas prendas que están más de acuerdo a su persona, sin dejarse seducir por la exageración caprichosa de la moda, las joyas o los colores llamativos.- Los modales distan mucho de ser artificiosos y estudiados especialmente para cada situación concreta, desde la forma de saludar, utilizar los cubiertos, leer la carta, ordenar un platillo o una bebida especial... La sencillez es cortesía, la altivez grosería.- Siempre puede contarse con su apoyo, no tiene miedo a prestar un Servicio porque no existen actividades de “segunda categoría”, todo es importante y necesario.Es de igual importancia la forma en la que se aprecian los bienes materiales, porque la sencillez nos hace:- Adquirir, poseer y utilizar aquellos bienes que son necesarios, evitando el lujo inútil o el capricho. Es bueno comprar cosas de buena calidad que duren y que nos presten el servicio que se desea durante más tiempo y con más eficiencia, pero no por la presunción y la manifestación de una desahogada posición económica.- Nuestra forma de ser, de vestir debe ser acorde con nuestra circunstancia personal. Un estudiante debe vestirse como estudiante y no como ejecutivo. Nada sería más ridículo que un ejecutivo vestido como estudiante.- Todos debemos luchar por superarnos, tener una forma de vida más digna, superarnos profesionalmente, pero siempre con sencillez.La persona sencilla no se exalta ni menosprecia, aprecia a las personas por lo que son, lo cual permite un diálogo amable y una amistad sincera. Todos sus bienes y posesiones están a disposición de los demás.El valor de la sencillez nos ayuda a superar el deseo desmedido por sobresalir, sentirnos distinguidos y admirados sólo por la apariencia externa. Nuestro interior, nuestro corazón es lo que verdaderamente cuenta. Una persona sencilla gana más corazones.
La Lealtad
Quizás nadie entienda mejor el valor de la lealtad que aquella persona que ha sido traicionada en algún momento... Está claro que todas las personas esperamos la lealtad de los demás, y que a nadie le gusta ser traicionado, o saber que un amigo habló mal de nosotros. En otro sentido, nos parece terrible cuando, después de trabajar en un empresa muchos años, nos despiden sin pensar en todos los años que le invertimos. Detectar la lealtad (o deslealtad) en los demás es fácil, pero ¿Cómo estoy viviendo yo la lealtad? ¿Realmente sé qué es? ¿Qué esperan los demás de mí?
La lealtad implica un corresponder, una obligación que se tiene al haber obtenido algo provechoso. Resulta un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. Por eso, el concepto de lealtad se entronca con temas como la Patria, el trabajo, la familia o la amistad. Cuando alguien nos ha dado algo bueno, le debemos mucho más que agradecimiento.
La lealtad es un valor, pues quien es traidor, se queda solo. Necesitamos ser leales con aquellos que nos han ayudado: ese amigo que nos defendió, el país que nos acoge como patria, esa empresa que nos da trabajo. La lealtad implica defender a quien nos ha ayudado, en otras palabras “sacar la cara”.
Si somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a una etapa más profunda, con madurez. Cualquiera puede tener un amigo superficial o trabajar en un sitio simplemente porque nos pagan. Sin embargo, la lealtad implica un compromiso mayor: supone estar con un amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar no sólo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
En este sentido, la lealtad es una llave que nos permite tener un autentico éxito en nuestras relaciones. Además no es un valor fácil de encontrar. Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más. Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios, luego, esta persona no resulta confiable para nadie.
Existen distintas actitudes desleales: Las críticas que se hacen las personas, resaltando los defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que realizan su trabajo. Hablar mal de nuestros jefes, maestros o de las instituciones que representan. Divulgar confidencias que se nos han hecho. Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo a superarse. Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca trascendencia, como el modo de hablar, vestir o conducirse en público. El poco esfuerzo que se pone al hacer un trabajo o terminarlo. Cobrar una suma mucho más alta a la pactada.
Como vemos, la Lealtad se relaciona estrechamente con otro Valores como la Amistad, el Respeto, la responsabilidad y la honestidad entre otras.
Sin embargo, no es suficiente contradecir las actitudes desleales para ser leal, es necesario detenernos a considerar algunas observaciones:
En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas. Como la confianza y el respeto que debe haber entre padres e hijos, la empresa con los empleados, entre los amigos, los alumnos hacia su escuela… Es necesario reconocer los valores que representan las instituciones o aquellos que promueven las personas con sus ideas y actitudes. Nunca será buena idea que una persona que se preocupa por vivir los valores, trabaje en un lugar donde se hacen fraudes o impera la corrupción. Se deben buscar y conocer los valores permanentes para cualquier situación, de otra forma se es "leal" mientras se comparten las mismas ideas. La persona que convive en un ambiente de diversión malsana y excesos, pronto se alejará y comenzará a hablar mal de aquellos que dejaron de participar de sus actividades.
A su vez, si colocamos como valor fundamental el alcance de objetivos, podemos llegar a perder el sentido de la cooperación. La persona que participa de una actividad sólo por el resultado exitoso, fácilmente abandona la empresa cuando las cosas no salen bien o simplemente deja de obtener esos beneficios a los que estaba acostumbrado.
Lo que debe quedar claro es que lo importante es vivir los valores por lo que representan, no por las personas que en algún momento dictan una norma. Todo trabajo se debe hacer bien, no por “quedar bien con el jefe”, sino por nuestra integridad y compromiso con nuestro trabajo y nuestra sociedad.
Con todo lo anterior veremos que aún sin darnos cuenta, las relaciones que hemos sabido mantener se deben en gran medida a la vivencia del valor de la Lealtad. No basta conocer los valores, es necesario darlos a conocer y reforzarlos para lograr un cambio de actitud, al hacerlo, logramos madurar la amistad y fortalecer el afecto.
Te entrego lo que me preocupa, Señor
Tengo un desaliento y me siento preocupado, porque temo no encontrar una salida en el camino de mi vida, y a veces me acuesto y me duermo con tristeza o con una mala cara.
Por eso quiero derramar en Tu Presencia todas mis inquietudes. Porque sé que, si quiero resolverlo todo con mi mente y mis cálculos, no podré encontrar una salida y siempre estaré inquieto, nunca podré tener todo previsto, todo calculado, porque la vida siempre se nos escapa de nuestras manos. Cuando quiero tener todo bajo control, salgo de un problema y aparece uno nuevo.
Y Tú conoces, Señor, mi tristeza de esta noche. Tú sabes lo que me está quitando la alegría y el entusiasmo. Te lo entrego, Señor, lo dejo en Tus Divinas Manos, porque quiero dormir en Tu gozo y levantarme mañana con ganas de vivir.
Coloca en mi corazón una nueva esperanza en medio del sueño, para que mañana me levante con entusiasmo.
Dame la gracia de aceptar la nueva aventura de cada día.
Te entrego lo que no puedo ser, Señor, lo que me ha molestado, lo que me ha entristecido en el día de hoy. Tómalo, Señor, y no dejes que la tristeza penetre en mi alma. Amén.
http://es.catholic.net/aprendeaorar/688/2092/articulo.php?id=38315
A Pesar de Todo.
SONRIO Auque la vida me golpee…Aunque no todos los amaneceres sean hermosos…Aunque se me cierren las puertas…Sonrío.
SUEÑO Porque soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento…Porque quizás mi sueño pueda cumplirse…Porque soñar me hace feliz.
LLORO Porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón…Porque mi angustia decrece, aunque solo sea un poco…Porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia.
AMO Porque amar es vivir…Porque si amo, quizás reciba amor…Porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca…
COMPARTO Porque al compartir crezco…Porque mis penas compartidas, disminuyen…Porque mis alegrías se duplican.
¡Sonrío, sueño, lloro, comparto, vivo! …
Cada día doy gracias a Dios porque puedo hacer estas cosas.Doy gracias a Dios porque me da la oportunidad de vivir un día más...
Cuando alegras a los demás
No tienes manera de evitar sentir alegría.Enseñando a los demás, no puedes dejar de aprender,de manera profunda y sustancial. No puedes forzar a nadie a comprenderte. Sin embargo intentando sinceramente comprender, lograrás ser comprendido.La mejor manera de lograr que tu punto de vista sea aceptado no es gritando. Es escuchando como sabrás de qué manera hablar más efectiva y convincentemente.La mejor manera de ayudarte a ti mismo es ayudando a los demás. Esa hermosa paradoja es la base de la civilización en su forma más maravillosa.Cuanto más positivamente afecte tu vida a los demás, más brillantemente se reflejará a su vez en ti.Si te sientes un poquito deprimido, ofrece tu bondad, tu cuidado, tu tiempo y tu atención a alguien.Y haciéndolo levantarás, como mínimo, a dos personas.
Palabra verdadera y eficaz
Una sola palabra, si es verdadera, es suficiente. En cambio, las palabras falsas, por muchas que sean, no tienen ningún valor... El poder de una palabra verdadera es tal que le conduce a uno del egoísmo al altruísmo...”
“El hombre mentiroso procura tener a punto muchas escapatorias... En cambio, un hombre que ama la verdad suprime todas las escapatorias... Sigue el camino recto aun con los ojos vendados... Quien sigue la verdad a toda costa tiene que estar siempre dispuesto a morir por ella y, cuando llegue el momento, tendrá que entregar su vida...”
“Superstición y verdad no van juntas. A un lado, la verdad; al otro, el dominio sobre la tierra. ¡Oh corazón mío, deberías elegir la verdad y rechazar el dominio!
Si alguien quiere hacer suya la verdad, necesita tener una paciencia inagotable.
La belleza no está en la apariencia sino únicamente en la verdad”
Mahatma Gandhi: "Palabras a un amigo"
La Comunicación
La comunicación es indispensable para procurar y mantener las buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida, particularmente en la familia, el trabajo y con las personas más cercanas a nosotros. Aún así enfrentamos desacuerdos y discusiones sin sentido, provocando -en ocasiones- una ruptura en las relaciones con los demás. Entender y hacerse comprender, es un arte que facilita la convivencia y la armonía en todo lugar. Con facilidad podemos perder de vista que la comunicación entra en el campo de los valores. Precisamente cuando hay problemas de comunicación en el trabajo, con la pareja, con los hijos o con los amigos se comienza a apreciar que una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas. El valor de la comunicación nos ayuda a intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y sentimientos con las personas que nos rodean, en un ambiente de cordialidad y buscando el enriquecimiento personal de ambas partes. No todas las personas con una magnífica y agradable conversación poseen la capacidad de comunicarse eficazmente, en muchos de los casos transmiten anécdotas y conocimientos producto de la experiencia, la información y las vivencias que han tenido, pero con el defecto de no dar la oportunidad a que otros se expresen y compartan sus puntos de vista. En si, esto no es malo, pero se debe tener cuidado de no caer en excesos.Queda claro que comunicar no significa decir, expresar o emitir mensajes (para eso están los medios de información), por el contrario, al entablar un diálogo con los demás, tenemos la oportunidad de conocer su carácter y manera de pensar, sus preferencias y necesidades, aprendemos de su experiencia, compartimos gustos y aficiones... en otras palabras: conocemos a las personas y desarrollamos nuestra capacidad de comprensión. Sólo así estaremos en condiciones de servir al enriquecimiento personal de quienes nos rodean.La buena comunicación tiene algunas características que todos conocemos: escuchar con atención, no acaparar la palabra, evitar interrumpir, utilizar un lenguaje propio y moderado, lo cual demuestra educación y trato delicado hacia las personas. Pero este valor tiene elementos fundamentales e indispensables para lograr una verdadera comunicación:- Interés por la persona. Cuántas veces nuestra atención total está reservada para unas cuantas personas, nos mostramos atentos y ávidos de escuchar cada una de sus palabras. Por otra parte, los menos afortunados se ven discriminados porque consideramos su charla como superficial, de poco interés o de mínima importancia. Pensemos en los subordinados, los hijos o los alumnos ¿Realmente nos interesamos por sus cosas, sus problemas y conversaciones?Toda persona que se acerca a nosotros considera que tiene algo importante que decirnos: para expresar una idea, tener una cortesía o hacer el momento más agradable; participarnos de sus sentimientos y preocupaciones; solicitar nuestro consejo y ayuda...- Saber preguntar. A pesar del esfuerzo por expresar las cosas con claridad no siempre se toman en el sentido correcto (y no hablamos de malas intenciones o indisposición) Recordemos con una sonrisa en los labios, como después de una breve discusión llegamos al consenso de estar hablando de los mismo pero en diferentes términos. Las causas son diversas: falta de conocimiento y convivencia con las personas, distracción, cansancio... El punto es no quedarnos con la duda, aclarar aquello que nos parece incorrecto, equivocado o agresivo para evitar conflictos incómodos e inútiles que sólo dejan resentimientos.- Aprender a ceder. Existen personas obstinadas en pensar que poseen la mejor opinión debido a su experiencia, estatus o conocimientos; de antemano están dispuestos a convencer, u obligar si es necesario, a que las personas se identifiquen con su modo de pensar y de parecer, restando valor a la opinión y juicio de los demás. No es extraño en ellos la inconformidad, la crítica y el despotismo, inmersos en conflictos, críticas y finalmente convertidos en las últimas personas con quien se desea tratar. La comunicación efectiva es comprensiva, condescendiente y conciliadora para obtener los mejores frutos y estrechar las relaciones interpersonales.
Tú que te quejas...
Tú que reclamas lo que no recibes;¿ya pensaste en lo que no das?
Tú que te lamentas porque sufres;¿ya pensaste en cuanto haces sufrir?
Tú que acusas a la ignorancia;¿ya evaluaste tus conocimientos?
Tú que condenas el error;¿ya percibiste cuanto has errado?
Tú que te dices amigo sincero;¿ya te analizaste con sinceridad?
Tú que te quejas de penurias,¿ya viste cuanto posees más que los otros?
Tú que criticas el mundo;¿ya hiciste algo para mejorarlo?
Tú que sueñas con el cielo,¿que has hecho para extinguir el infierno?
Tu, que te dices modesto;¿te sientes orgulloso de parecer humilde?
Tú que condenas el mal;¿has procurado difundir el bien?
Tú que te afliges con la pobreza;¿has usado bien tus riquezas?
Tu a quien le duelen las espinas,¿has cultivado rosas?
Tú que tanto lamentas las tinieblas,¿has esparcido luz?
Tú que te ocupas de ti mismo,¿te has preocupado de los otros?
Tú que te sientes tan pequeñito;¿has procurado crecer?
Tú que te quejas de soledad;¿has brindado tu compañía a un amigo?
Tú que te indignas contra la enfermedad;¿que has hecho por tu salud?
Tú que anhelas la concordia;¿has combatido la discordia? PIENSA Y ACTÚA CONSECUENTEMENTE
La Paz Perfecta
Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Se presentaron muchos pintores, algunos de fama reconocida, con telas que representaban hermosas escenas.
El Rey, durante varios días, observó y admiró cada obra, pero solamente hubo dos que, realmente, le gustaron; y tuvo que elegir una de ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban las apacibles montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas.
Todos los que miraron esta pintura pensaron que, sin ninguna duda, reflejaba la paz perfecta. Todos apostaron que sería la elegida.
La segunda pintura también tenia montañas. Pero estas eran escabrosas, descubiertas, sin vegetación. Había un cielo furioso del que caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. A la izquierda, se
distinguía claramente un árbol partido por un rayo.
Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Toda esta escena no mostraba, para nada, lo que entendemos por "paz perfecta". Más bien, todo lo contrario.
El Rey, un tanto sorprendido por el cuadro, se detuvo a observar lo con más cuidado; y vio, tras la cascada, un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido y dentro de él, sentado plácidamente, un pajarito.
¿Cuál de las dos habrá sido la pintura ganadora?
El Rey eligió la segunda. ¿Sabés por qué?
"Porque -explicó, luego, el Rey:
"Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro, sin dolor. Paz significa que,
a pesar de estar en medio de todas estas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón..."
Este es el verdadero significado de la paz.
Colaboración de Roberto Camacho.
Aquí estoy Señor
Aquí estoy Señor, dispuesto a servirte de la forma y la manera que Tú me lo indiques, consciente de que cada minuto que pasa sin hacerlo es un tiempo perdido que ya no podré recuperar, y solo me queda por lo tanto, el tiempo que Tú me regales generosamente a partir de esta reflexión para vivirlo plenamente y hacer las cosas que debo hacer, con Amor, entrega, y el deseo de servir.
Aquí estoy Señor, donde Tú me has puesto, y desde donde tengo la obligación espiritual de ser testimonio de Tí a través de mis acciones y mi comportamiento en la relación con mi prójimo, ya que muchos de ellos dudan de tu existencia; y para sacarlos de este error debo obrar con transparencia, rectitud, justicia, tolerancia, y sobre todo, paciencia, para amarlos y comprenderlos.
Aquí estoy Señor, luchando en medio de un torbellino de incomprensiones de este mundo materialista que no ve más allá de sus narices. Esforzándome por amar sin criticar, pero al mismo tiempo convencido de que tengo una gran responsabilidad ante Tí, de hacer por cada uno de ellos lo mejor, sin herir sus sentimientos ni su forma de pensar; buscando la palabra más sublime que los conduzca hasta Tí.
Aquí estoy Señor, buscándote en el silencio maravilloso de cada amanecer, con mis ojos fijos en la inmensidad de Tu cielo azul. Anhelante de recibir tu luz y tu misericordia que me permitan fortalecer mi alma y mi espiritu, no para evadir mis problemas sino para actuar inteligentemente frente a ellos y buscar la mejor solución a todo cuanto Tú has puesto en mi camino en este nuevo día.
Aquí estoy Señor, dispuesto a hacer siempre tu voluntad, y acatar con humildad todo lo que Tú hayas dispuesto para mi vida y todo cuanto yo amo. Y para ello, solo te pido Padre mío que limpies mi mente y mi corazón de toda maldad; que me des la fuerza necesaria para mantenerme incólume en Tu verdad. Sólo así Señor, me sentiré que soy digno y merecedor de tu Amor, y del amor de mis semejantes.
¡ AQUÍ ESTOY SEÑOR ! ... DIME QUE DEBO HACER PARA LLEGAR A TÍ.